Como sede permanente de más de 100 empresas de software de mercados verticales, el Grupo Volaris cree firmemente que la gestión de la deuda técnica debe ser un esfuerzo regular, medible y continuo. Hemos hablado con cientos de líderes de software a lo largo de muchos años y hemos descubierto que éste es un tema recurrente. Por esta razón, recurrimos a un líder de una de nuestras empresas para que nos explicara cómo lo gestiona su equipo.
En esta contribución de los empleados, Andreas Kroll, Director de I+D de la empresa Trapeze DACH, propiedad de Volaris, propone una estrategia para abordar la deuda técnica que ha funcionado con éxito en su grupo. Compartió este método en un reciente evento de la empresa al que se invitó a varios líderes empresariales para que compartieran soluciones entre ellos.
Gestión de la deuda técnica
La deuda técnica es uno de los mayores retos en el departamento de I+D de una empresa de software de mercado vertical, especialmente cuando un equipo debe mantener varios productos heredados. En términos sencillos, es el resultado de que los equipos de desarrollo de software se comprometan a dar prioridad a la entrega rápida de proyectos a corto plazo, a expensas de crear código de alta calidad a largo plazo. Aunque en tales situaciones puede alcanzarse un objetivo a corto plazo, pueden surgir problemas importantes para la empresa a largo plazo, cuando la deuda técnica se acumula y se vuelve inmanejable.
Al igual que ocurre con la deuda financiera, una acumulación de deuda técnica sin resolver genera «pagos de intereses» en forma de esfuerzo adicional para futuros desarrollos debido a elecciones de diseño subóptimas. Los equipos de I+D no podrán evitar el «pago de intereses», y cada vez será más difícil mantener el producto de software hasta que se elimine la deuda técnica. No hay duda de que este problema debe abordarse de forma continua. Hemos implantado un proceso en nuestra organización para afrontar este reto.
Un sistema probado para estar al día con la deuda técnica
- Recopilación de casos de deuda técnica
- Categorizar los niveles de deuda técnica
- Asignar metodologías para abordar cada nivel de deuda técnica
- Definir los KPI (Indicadores Clave de Rendimiento)
- Planificación de la asignación de recursos
- Definir prioridades para abordar la deuda técnica
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Cómo abordamos los tres niveles de deuda técnica
Para gestionar niveles bajos de deuda técnica, no asignaríamos presupuesto adicional, porque los desarrolladores experimentados se ocupan de ello constantemente.
Para tratar la deuda técnica de nivel medio, empezamos a aplicar un proceso de gestión. Cada componente o equipo del proyecto mantendrá su propia lista de deuda técnica de nivel medio a alto, con actualizaciones trimestrales sobre los progresos. Por ejemplo:
➢ Cada equipo registra su backlog de deuda técnica en el sistema de seguimiento de incidencias. Los tipos de incidencias ya existentes deben tratarse con el presupuesto trimestral disponible, o añadiendo el esfuerzo a la solicitud de cambio (CR) o a la estimación de características. ➢ El presupuesto trimestral de deuda técnica se define como el X% de la capacidad del equipo de I+D.
Definimos la deuda técnica de alto nivel como una categoría que requiere cambios serios en el marco o la arquitectura, o elementos de una hoja de ruta técnica. Las aportaciones se traducen en peticiones concretas a una Junta de Revisión del Producto (PRB). Esta junta se reúne dos veces al año para que el jefe de producto y algunos miembros del departamento de I+D soliciten presupuestos para ampliaciones o funcionalidades del producto, o paquetes de trabajo más amplios para el ciclo de vida del producto (que incluye cuestiones de deuda técnica). Ante la junta, estos líderes presentan un caso de inversión, que incluye la preparación de un caso de negocio, un calendario propuesto y la identificación de los recursos necesarios. Tras ser evaluada por el PRB, la mitigación concreta de la deuda técnica se ejecuta como una característica. A este tipo de deuda técnica se le asigna entonces un paquete de trabajo que consiste en una planificación dedicada y se le asigna un presupuesto.
Por último, como cuestión de prioridad global para la organización, nuestro Jefe de I+D y el Arquitecto de Empresa revisan trimestralmente los problemas clave de deuda técnica. Nuestro Director de Producto y el Jefe de Equipo de I+D también se encargan de priorizar la gestión de la deuda técnica dentro de los productos.
De este modo, conseguimos una forma continua, planificable y sostenible de abordar la deuda técnica.